Somos Salesianos

San Juan Bosco recibió de su madre, Margarita Occhiena, una sólida educación cristiana y humana. Fue ordenado sacerdote en Turín en 1841, y allí comenzó su actividad pastoral con San José Cafasso.

Su pasión era la educación de los jóvenes, los más pobres y abandonados. Reunió un grupo que llevaba a jugar, a rezar y a comer con él. Con la ayuda de mamá Margarita, Don Bosco dio vida al Oratorio de San Francisco de Sales: era el lugar de encuentro dominical de los jóvenes que quisieran pasar un día de sana alegría, con escuelas de arte y oficios para los jóvenes trabajadores, y escuelas regulares para los estudios humanísticos, según una pedagogía que sería conocida en todo el mundo como “método preventivo” y basada en la religión, la razón y el amor. La práctica del método preventivo se base toda en las palabras de San Pablo que dice: La caridad es benigna y paciente; sufre todo, pero espera todo y aguanta todo.

 

Para asegurar la continuidad de su obra, San Juan Bosco fundó la Pía Sociedad de San Francisco de Sales (los Salesianos) e Hijas de María Auxiliadora (las Salesianas).
San Juan Bosco murió el 31 de enero de 1888 y fue canonizado por Pío XI en 1934.

Ser salesiano significa:

  1. Haber descubierto el Plan de Dios de salvar a todos los hombres por medio de Cristo y formar una nueva familia humana no con la violencia sino con el amor.
  2. Descubrir que los jóvenes son los más privilegiados de esta familia, especialmente los más pobres y abandonados.
  3. Desear sinceramente y comprometerse a hacer algo para salvar a los jóvenes del mal, de la ignorancia, del vicio y de la manipulación.
  4. Seguir e imitar a San Juan Bosco, el Padre y Maestro de la Juventud.
  5. Crecer en el Sistema Educativo de Don Bosco fundado sobre la Razón, Religión y Amor, para hacer de los jóvenes “buenos cristianos y honrados ciudadanos”.