San Salvador, mayo 2025. — En el marco del 75° aniversario de la colocación de la primera piedra del templo, la Parroquia Salesiana María Auxiliadora Don Rúa continúa con el proceso de restauración de su iglesia, reafirmando su compromiso por conservar y dignificar este espacio sagrado que por generaciones ha sido centro espiritual y cultural de la comunidad, ubicado en el Barrio San Miguelito, San Salvador.
Los trabajos de restauración iniciaron el año pasado, y durante este mes de mayo se han retomado con mayor intensidad. Las labores actuales comenzaron con la restauración del vitral de La Inmaculada Concepción, una de las advocaciones marianas ubicada cerca de la cúpula del templo. Esta intervención forma parte de un conjunto de vitrales dedicados a distintas advocaciones de la Virgen María, cuya restauración completa aún está pendiente.
Asimismo, se ha brindado mantenimiento a las imágenes de los doce apóstoles, ubicadas en el interior del templo, devolviéndoles su belleza original y preservando su valor artístico y devocional.
Uno de los esfuerzos más importantes ha sido la remoción y sustitución total del techo del templo, con el fin de evitar filtraciones de agua y garantizar una mejor protección de la estructura. Esta labor ha requerido una ardua planificación y trabajo especializado.
Además, como parte de las mejoras, se han realizado pruebas para la instalación de nuevas luminarias en los pasillos del templo. Estas luminarias tendrán como propósito iluminar adecuadamente las estaciones del Vía Crucis, realzando su visibilidad y permitiendo a los fieles vivir esta devoción con mayor recogimiento y contemplación.
En paralelo, también se está dando mantenimiento a la planta eléctrica del templo, con el objetivo de asegurar un funcionamiento óptimo del sistema eléctrico, especialmente durante las celebraciones litúrgicas y actividades que requieren respaldo energético confiable. Otro de los lugares importantes al que se le ha estado realizando el mantenimiento, es el sistema de las campanas, asegurando su buen funcionamiento para que continúen acompañando, con su característico sonido, los momentos de oración, las misas y celebraciones importantes para la comunidad parroquial.
En este año tan simbólico, la parroquia ha manifestado su agradecimiento a los bienhechores que, con generosidad, han hecho posible el avance de estas obras. Gracias a su colaboración, el templo continúa transformándose en un espacio más digno, seguro y acogedor para todos los fieles.
Aún queda camino por recorrer, pero se confía en que, con la ayuda de María Auxiliadora, Don Bosco, Dios y el respaldo de la comunidad, este proyecto podrá culminar con éxito, honrando la historia, la fe y la esperanza compartida durante estos 75 años.