San Salvador, abril 2025. — En el marco del Miércoles Santo, jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano (MJS) vivieron un profundo retiro espiritual y acto penitencial en la Parroquia Salesiana María Auxiliadora Don Rua. Esta jornada, llena de recogimiento, oración y reflexión, se desarrolló con el acompañamiento cercano de la comunidad parroquial y de los sacerdotes salesianos, quienes ofrecieron espacios de escucha y reconciliación para los participantes.

La actividad inició en los jardines de la parroquia, donde los jóvenes se reunieron para compartir dinámicas orientadas a la introspección y al fortalecimiento de su vida espiritual. A través de momentos de diálogo personal y grupal, se abordaron temas como el perdón, la esperanza, el dolor y el encuentro con Dios en medio de las realidades cotidianas. Cada reflexión estuvo orientada a ayudarles a comprender con mayor profundidad el sentido de la Semana Santa y del sacrificio de Jesús.

Posteriormente, los jóvenes se dirigieron al templo para vivir el acto penitencial, un momento especialmente significativo de encuentro con la misericordia de Dios. Con el Santísimo Sacramento expuesto, se propició un ambiente de silencio y oración profunda. Durante este espacio, varios sacerdotes de la comunidad salesiana, como Padre Francisco Rodríguez, SDB, Padre Heriberto Herrera, SDB, entre otros, estuvieron disponibles para administrar el sacramento de la reconciliación, permitiendo que muchos jóvenes se acercaran al confesionario con el corazón abierto y dispuesto al perdón.

Además, se habilitaron altares en el interior del templo donde los participantes pudieron escribir sus intenciones personales, depositando sobre ellos sus preocupaciones, anhelos y agradecimientos, como signo de entrega confiada al Señor.

La jornada concluyó con una oración comunitaria y palabras de motivación por parte de los animadores del MJS, quienes recordaron a los jóvenes la importancia de continuar cultivando una vida espiritual activa y comprometida, especialmente durante el Triduo Pascual.

Este retiro, más allá de ser una actividad formativa, se convirtió en un verdadero espacio de encuentro con Dios, de reconciliación consigo mismos y de comunión con la comunidad. La participación activa y el espíritu de apertura de los jóvenes reflejaron el deseo profundo de vivir una Semana Santa con sentido, renovando su fe y compromiso cristiano.