El domingo pasado, 19 de enero, durante la misa de 9:00 a.m., 22 aspirantes a Salesianos Cooperadores de diferentes casas salesianas del país, hicieron su promesa ante Dios y ante Don Bosco de ser fieles a su misión como nuevos miembros de la Asociación.
Los Salesianos Cooperadores son hombres y mujeres laicos católicos quienes atraídos por la figura de Don Bosco, viven en sus hogares y en sus trabajos profesionales el mismo carisma de la Sociedad de San Francisco de Sales y ofrecen su cooperación a los obispos y párrocos así como a las comunidades de religiosos salesianos, Hijas de María Auxiliadora y otras ramas de la Familia Salesiana, trabajando especialmente en los oratorios, centros juveniles, escuelas y plataformas sociales.
Ser Salesiano Cooperador es una vocación recibida de Dios y requiere una camino de preparación antes de realizar la promesa de ingreso en una asociación local.
Nacieron con el proyecto de Don Bosco en favor de los jóvenes pobres. Desde 1841, especialmente para su oratorios, recurrió a la colaboración de muchas personas. Cuando su obra se ampliaba, Don Bosco se dio cuenta de la necesidad de más cooperadores, sacerdotes y laicos, ligados a las misión salesiana. Pensó entonces en unirlos y asociarlos.